sábado, 17 de abril de 2010

LO ETERNO

Vamos suprimiendo las dedicatorias, amigos poetas? ¿Vamos suprimiendo todos esos azúcares tontos, ese adjetivo despreciado: los "grandes", "eximios", "eminentes", "geniales", excelsos"?.

Una firma quiza ... eso sólo; y después de la firma, ¡talento!. La tersura serena del libro y la gracia ondulante del verso.

AMADO NERVO